Apellido muy antiguo en el pueblo, por lo menos desde 1370,
abundante hasta el siglo XVIII, llegó exhausto al XIX (en el padrón de 1857
sólo aparece Lamberto de Juan) y desapareció en 1948 con la muerte de Fernando
de Juan del Olmo.
Ligado a una de las estirpes más influyentes de la villa
tiene el interés de contar entre sus miembros con los dos últimos “señores
feudales” a los que todavía conocieron nuestros abuelos: José María Contín y
Fernando de Juan, ambos infanzones por los cuatro costados y miembros de la
Real Maestranza de Caballería.
No eran sin embargo José María y Fernando parientes cercanos
sino de dos ramas muy separadas a las que no he podido encontrar su entronque
que debe estar ya en el siglo XVI o antes.
Un Domingo Juan formaba parte del Concejo en 1431 y un
Fernando Juan en 1477. Ferrando y Mingo aparecen en el fogaje de 1495. Martín
Juan es jurado en 1530 y Ferrando Juan justicia en 1615. En el fogaje de 1647
aparecen 6 Juanes y en el libro Cabreo de la orden de San Juan de 1653 a todos ellos
se les reputa como infanzones, corroborado en que ese mismo año Fernando Juan
es justicia y juez ordinario del lugar.
Esta es la tónica general: terratenientes, participando en
las insaculaciones por el brazo de infanzones y ocupando cargos en el Concejo
almuniense. Continúa en el XVIII: en 1738 Fernando Juan Gayán y Fernando Juan
Tena son propuestos como regidores por el brazo de hijosdalgo, en 1756 Manuel
Juan es alcalde 1º, Francisco Juan es regidor (concejal) en 1774. Por supuesto
también ocupan cargos eclesiásticos: sabemos de un mosen Miguel Juan en 1653 o
un Javier Juan que es beneficiado en 1778, es decir, tiene a su cargo una
capilla en la iglesia.
Las mujeres, por su parte, son un magnífico instrumento para
entablar alianzas por medio de matrimonios de conveniencia con las otras
familias pudientes del pueblo o con forasteros de su mismo nivel: Francisca
Juan con Domingo Uceta en 1644, tatarabuelos del primer conde de Torreflorida,
Micaela Juan con Isidoro Serón en 1715, Medarda Juan con Miguel Contín en 1791,
Carmen Juan en 1819 con Francisco de Paula Castro, conde de la Rosa, o Pilar de
Juan del Olmo, hermana del último Fernando, con el militar navarro Ricardo
Navascués de Gante pueden valer como ejemplos.
Entre las 62 personas que prueban documentalmente su infanzonía
en 1764 para que el Ayuntamiento tenga un registro de “privilegiados” se
encuentran Manuel Juan Estaxe, Fernando Juan Arrabal y su madre Teresa, viuda
de Fernando Juan, Mariana Rincón Uceta, viuda de Antonio Juan, y Francisco
Juan.
Manuel Juan Estaxe, bisabuelo de José María Contín, aporta
una firma de infanzonía ganada por su abuelo Fernando Juan Bargas en 1677.
Fernando Juan Arrabal, tatarabuelo de Fernando Juan del Olmo,
aporta 2 firmas de 1604 y 1664 , la última ganada por su abuelo y bisabuelo.
Normalmente las firmas de infanzonía, documento sancionado por el rey donde se
concedía tal condición de baja nobleza, ratificaban una firma o privilegio
anterior pero rara vez se conoce cuál fue el motivo primero de concesión,
simplemente se reclama ser infanzón porque un antepasado tuyo ya lo era.
Como ya se ha apuntado más arriba en el XIX la nómina de Juanes se ha estrechado mucho. En el
padrón de 1824 un recién nacido Lamberto vive con sus padres (Fernando y
Petronila Algora) en la calle Corellanas, y la lejanísima pariente Medarda vive
en la calle del Hospital con su marido Miguel Contín por entonces alcalde de la
villa.
Lamberto de Juan (1824-1904) será un personaje importante:
terrateniente, diputado a Cortes, máximo dirigente de la Real Maestranza de
Caballería de Zaragoza. Su hijo Fernando, personaje de novela decadente,
marcará el punto final del apellido. Aunque tuvo 3 hijos varones ninguno le
sobrevivió y su pésima relación con las hijas hizo que la casa familiar fuera a
parar a manos de la Beneficencia. En su solar se levantan hoy las dependencias parroquiales.
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